¡Bienvenidos!

14 de julio de 2011

Ayuda hormonal para el autismo

Artículo encontrado en la revista «Mente y Cerebro» (nº48, mes de Mayo/Junio de 2011, página 6 en el área de Sociabilidad)

Escrito por: Nikhil Swaminathan

«Ayuda hormonal para el autismo»
La administración de oxitocina parece aumentar las destrezas sociales


En las interacciones sociales íntimas es probable que intervenga la oxitocina, la llamada «hormona de la confianza», fundamentalmente para establecer relaciones normales. Incluso una variante sintética podría reforzar los sentimientos de seguridad. La oxitocina podría corregir, asimismo, algunas de las deficiencias interpersonales que experimentan las personas autistas.

En un estudio publicado en los «Proceedings if the National Academy of Sciences USA», trece adultos autistas de gran capacidad participaron en un videojuego que requería ir pasando un balón entre tres personajes ficticios controlados por el ordenador. Algunos de los jugadores apenas cooperaban, por lo que para triunfar en el juego era necesario identificarlos y no pasarles la pelota. Tras administrales un placebo, los voluntarios autistas se manifestaban incapaces de discriminar unos de otros jugadores, situación que cambiaba si recibían oxitocina: los probandos lograban puntuaciones similares a las que registraban los individuos no autistas, gracias a que favorecían a lo jugadores más cooperativos.

«Bajo los efectos de la oxitocina, los autistas no solo participaban más en las actividades sociales, sino que lograban comprender las conductas de otros y responder de forma acorde», explica Angela Sirigu, coautora del estudio y directora de investigación en el Centro de Neurociencia Cognitiva de Bron en Francia.

En estudios anteriores se había observado que la oxitocina refuerza la capacidad de los autistas adultos para percibir emociones en el habla y amortiguar el comportamiento repetitivo, otro síntoma que se da con frecuencia en dicha enfermedad. El compuesto ayuda también a los niños autistas a discernir mejor las intenciones de otras personas a través de lo que expresa su mirada.

Tales estudios apenas son comprobaciones inciales pero inducen a pensar que la oxitocina, si se administra al poco de un diagnóstico de autismo, podría facilitar las interacciones sociales tempranas y orientarlas a favor de un desarrollo más normal. No obstante, serán necesarios muchos más ensayos antes de que sea aprobado un fármaco. «No contamos con un gran número de medicamentos para tratar los síntomas centrales del autismo, incluso podría sostenerse que no disponemos de ninguno», explica Thomas R. Insel, director del Instituto de Salud Mental de EE.UU., «así que si este posee algún efecto, valdría la pena ensayarlo».

PD. El artículo está escrito tal cual, siendo que yo comparta, o no, la misma opinión que el autor principal. Quiero remarcar, una vez más, el mal uso de «persona autista» que, como bien se ha indicado en otras ocasiones, debe sustituirse por «persona CON autismo». Rectificar también las palabras de «síntoma» y «enfermedad». Añado, como última aportación, eso de «un desarrollo más normal», con la pregunta que siempre nos hacemos ¿qué es lo normal?.

Me gusta que se desarrolle investigación de este tipo, pero no avanzaremos en absoluto si su propia definición sigue discriminando a las personas con autismo... Demasiado general, desde mi punto de vista, para una revista específica y concreta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario