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23 de agosto de 2011

Amor y autismo: La evolución en mis relaciones, por Kerry Magro

Fuente oficial: Blog de Autism Speaks: http://blog.autismspeaks.org/2010/08/25/magro-love/

Este amable post está redactado por uno de los empleados de Autism Speaks, Kerry Magro. Kerry, un adulto con autismo, es un alto cargo en la Universidad Seton Hall, principalmente en la Dirección de Deportes. Fundó un departamento en Autism Speaks U dedicado a ayudar a concienciar sobre los estudiantes con discapacidad y recaudar fondos para personas con autismo. Autism Speaks U es un programa diseñado para estudiantes universitarios que quieran organizar eventos de concienciación, vocacionales y benéficos, a la par que ayudan a su comunidad de autismo local.

¡Ohhh las relaciones! A los 22 años, ya había tenido muchas relaciones a lo largo de mi vida. Tuve también muchos desengaños. Cuando hablo con familias con un hijo dentro del espectro del autismo éste es uno de los temas principales, pero asimismo uno de los más sensibles. ¿Cómo una persona con autismo puede ser capaz de entablar una relación mientras personas con un desarrollo típico no podrían? Es un camino difícil con una respuesta poco clara.

Mirando mis experiencias pasadas, algunos de mis problemas esenciales en las relaciones venían debido a la «torpeza social». Esta torpeza podría estar atribuida a muchos factores, pero para mi siempre ha estado basada en una «charla trivial» y una «ceguera mental». Con lo primero me refiero a que, muchas veces (sobre todo cuando era más joven) no podía seguir una conversación, resultándome extraña cualquier tipo de interacción como el silencio y las pausas prolongadas. La única forma en la que era capaz de proseguir con un diálogo era desviando el tema hacia uno de mi interés (como el baloncesto). Esto era complicado porque a pesar de tener amigos que jugaban y a quienes les gustaba el baloncesto, por ejemplo, no es algo de lo que quieras hablar a todas horas. ¿Cómo puedes realizar progresos sin tener habilidades para la conversación?

La confianza también se convirtió en un asunto de verdadera importancia debido a estas barreras. Los momentos en los que no tenía nada que decir hacían que la gente pensara que era una persona tímida que quería estar siempre solo (aunque éste nunca fue el caso). ¿Os podéis imaginar una escena en la que quisierais hablar a alguien, en muchas ocasiones lo desearais, y simplemente no supieseis cómo hacerlo?

La ceguera mental, que también se conoce como la incapacidad para desarrollar la conciencia de lo que la otra persona está pensando, hacía que me viera involucrado en situaciones delicadas. La inhabilidad para hacer esto, para «ponerme en el lugar de otro», limitaba mi entendimiento de las otras personas y hacía difícil poder desarrollar algo más que simples y básicas relaciones o amistades. Las personas en la sociedad son muy complejas y leerlas, no solo desde el punto de vista de una relación sino para avanzar en la vida, ya sea en el trabajo, colegio, etc., es una destreza necesaria.

A los 9 años, el médico recomendó no introducirme en un colegio público porque creía que nunca hubiera entendido las pautas sociales y se preocupaba porque acabara metido en alguna pelea. Por supuesto, sobreviví a esos días, desarrollando habilidades de imitación, alta capacidad de memorización y un crecimiento personal. A pesar de ello, la única cosa que me hubiera gustado, mirando hacia atrás, es haber encontrado a alguien que entendiera por lo que estaba pasando. Ya sea viniendo de una relación más o menos intima o de una amistad, alguien que, dentro del espectro del autismo supiera exactamente lo que estaba viviendo. Mi caso no es el mismo que el de otros, donde quizá te relacionas con alguien porque ambos tenéis la misma experiencia, por ejemplo. Para aquellos que tenemos un trastorno del espectro del autismo, ningún caso es idéntico. Cada uno es distinto, lo que significa que siempre podrás encontrar alguien cercano, pero no exactamente lo que estabas buscando. Especialmente a nivel universitario, a la que muchos alumnos con autismo no asisten. Aquí es dónde recaen muchas de las complicaciones para aquellas personas con autismo que tienen dificultades en las relaciones sociales. ¿Cómo llevaríais formar parte de una minoría dentro de una gran mayoría, que puede o no aceptarte por quién eres?

Dejo esas preguntas para el debate, pero mi punto de vista sobre las relaciones sociales es muy sencillo. Ya estés en el espectro del autismo o no, todas las relaciones tienen un gran trabajo detrás. Ya sea desde dentro de la relación o no, la mejor cosa que cada uno puede hacer es ser uno mismo y no dejar entrar la energía negativa que se cruce en tu camino. Y sí, definitivamente hay una necesidad de trabajar por cuenta propia y encontrar cuáles son tus intereses para ampliar el rango de personas con las que quieres relacionarte. Finalmente, todos conocemos la expresión: hay muchos peces en el mar (pero no parecen tantos si no los buscas). Ahí es donde comienzan las relaciones.

(Esta es una de mis entradas para Autism Speaks U en el blog. Si deseas ponerte en contacto conmigo directamente por preguntas o comentarios relaciones con esta entrada, puedes hacerlo en la siguiente dirección de correo: kerry.magro@autismspeaks.org ¡Gracias a todos!)

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